Has pensado alguna vez en esas personas que andan sobre una cuerda, «equilibristas» creo le llaman? Yo sí… Hoy mismo recuerdo eso que en alguna parte escuché decir que todos somos una partícula más del universo. Entonces, si todos somos esa partícula, cómo le hace el Universo para no colapsar cuando estamos todos pesados, sin ánimo, sin salud, sin energía, quizás es porque del otro lado hay alguien que lo está equilibrando, aún no encuentro otra razón… ¿lo has pensado?.
La vida es como una cuerda floja, en la que todos vamos caminando, tú te mueves, me mueves; me muevo, se mueve el que está a mi lado y así vamos todos en decadencia o en eficiencia. La historia nos habla de una conciencia colectiva, algo casi mágico, algo que va más allá de los límites físicos de la existencia humana, un campo unificado de conciencia pura, abstracta y sobretodo universal, capaz de realizar cambios extraordinarios en nuestra realidad; es ahí donde participas tú, y también el que te observa, el que te abraza, el que te aprecia, el que te envidia, somos todos, en ese trozo de cuerda que somos uno del otro. ¡Fuera los excesos y las deficiencias, bienvenidos sean los sentidos y la razón por igual!
La conciencia no sería tangible sin esa fuerza motriz y volitiva que te hace coordinar cada movimiento, cada idea, cada paso, cada obra: un artista necesita su cuerpo para manejar la herramienta que quiere usar, su mente para dirigirla y, su alma para plasmar un chispazo de su interior, expresarse, COMPARTIR.
Alimentemos nuestro CUERPO, MENTE Y ALMA para poder continuar creando arte, para continuar la vida misma… Bastaría concebir aquello de lo que estamos hechos: así como un simple átomo encierra todos los secretos de la materia, el cuerpo contiene todos los secretos del universo, pues recordemos que somos seres de energía, de LUZ.
¿Desde cuándo nos perdimos en el inmenso mundo material que nos bombardea a través de los medios de comunicación y personas con mensajes negativos?, ¿Desde cuándo comenzamos a sembrar en nuestra mente semillas: de guerra, odio, división, miedo?, y las vamos germinando cuando olvidamos voltear hacia nuestro interior, cayendo hacia un lado de la cuerda o hacia el otro, y haciendo perder el equilibrio de cada uno de nosotros, del UNIVERSO. Afuera sólo está la mitad de ti y de mí, en el interior no existe un «tú» y no existe un «yo», sólo existe el «NOSOTROS».
Hagamos lo que nos corresponde con nuestra conciencia individual para que nuestro alrededor sea contagiado, y así, uno a uno formemos esa conciencia colectiva que vaya cautivando día a día la energía positiva de todo el universo.
Es por eso que: artistas, colectivos, y público en general, es momento de generar un equilibrio, escuchando/nos para sentir, pensar, trascender. Al hacer esto de forma individual y generando nuestro equilibrio interno, estaremos listos para contribuir a la Experiencia Colectiva, basta con unirnos y hacer realidad nuestros pensamientos y sentimientos colectivos y veremos cómo los acontecimientos del mundo cambiarían, porque todos somos uno mismo… todos somos Universo.